Turismo vital para salir de la crisis
A pesar de su avanzada edad, que ya pasa de los
90, luce tan robusto como un viejo oso. Al parecer el inexorable paso
del tiempo no ha sido capaz de mitigar su enorme fuerza, tanto física
como intelectual.
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El intelectual venezolano Arturo Uslar Pietri, en
entrevista exclusiva realizada por nuestro director Alvaro Parra Pinto,
señala la importancia de superar el modelo de monoproducción petrolera,
indicando que los venezolanos debemos aumentar nuestros esfuerzos y
producir una mayor riqueza en vez de esperar que ésta nos “caiga del
cielo”. Sugiere que dediquemos la mayor parte de “nuestros esfuerzos,
nuestro sudor y nuestras lágrimas a la tarea de construir una nueva
Venezuela.” Ahora bien, ¿cuál es esa nueva Venezuela a la que se
refiere? ¿En qué se parece a la Venezuela de hoy día? Dejemos que sea
Uslar Pietri quien responda.
Al ser abordado en su amplia quinta de La Alta
Florida, Arturo Uslar Pietri se nos presenta como un anciano cordial,
sencillo y lúcido. Lo encontramos sentado en un gran sillón de cuero,
rodeado por miles de libros cubriendo las paredes, desde viejos y
desgastados tomos de la historia universal hasta textos relucientes
sobre la teoría del Big-Bang y otros temas científicos. Es un hombre
sumamente alto y grueso, de cabellera canosa, ojos despiertos y
distinguidos. A pesar de su avanzada edad, que ya pasa de los 90, luce
tan robusto como un viejo oso. Al parecer el inexorable paso del tiempo
no ha sido capaz de mitigar su enorme fuerza, tanto física como
intelectual.
El ganador del Premio Príncipe de Asturias y el
Premio Rómulo Gallegos se aclara la garganta antes de romper el silencio
con su ronca y característica voz. A pesar de haber sido ministro y
candidato presidencial en el pasado, hoy en día se mantiene retirado
casi por completo del ámbito político, aunque nunca ha dejado de ser uno
de los principales forjadores de la opinión pública nacional.
Venezuela se ha visrto sacudida por una creciente
crisis durante loos últimos años, tal como usted ha señalado en
numerosos artículos periodísticos y entrevistas de televisión. ¿Cómo
definiría, en pocas palabras, la crisis económica por la que atraviesa
Venezuela?
Como la peor crisis vivida en nuestro país. La culpa
ha sido de los diferentes gobiernos de turno, ya que despilfarraron los
fondos obtenidos de la venta del petróleo, sobre todo durante el llamado
“boom petrolero”. Hace más de cinco décadas, cuando Venezuela apenas
comenzaba a perfilarse como una nación petrolera, yo le advertí a las
autoridades de entonces acerca del peligro de desarrollar una economía
basada en la monoproducción. En reiteradas oportunidades señalé que
había que desarrollar la economía nacional en todos los ámbitos,
incluyendo la agroindustria, el comercio y otras actividades importantes
como el turismo..
¿Qué importancia tiene el turismo en este proceso de desarrollo que usted tanto ha defendido?
Como ya mencioné, el desarrollo del turismo, así como
de las principales industrias nacionales, es vital para diversificar la
economía, para liberarnos de este sistema monoproductivo. Venezuela es
un país con grandes recursos. Siempre lo ha sido. El turismo, junto con
esas industrias, juega un papel fundamental dentro del proceso de
diversificación que tanto necesita nuestra economía. No podemos seguir
dependiendo del petróleo. Lo he repetido por más de 50 años.
¿Qué lo llevó a Ud. a comenzar a impulsar esta premisa?
Bueno, hace 50 años una profunda transformación
económia y social apenas comenzaba. La población total del país era de
menos de tres millones de habitantes. La incipiente industria petrolera
apenas comenzaba a transformar nuestro pequeño, pobre y retrasado país
en uno mucho más moderno y rico. La clave de este desarrollo tuvo lugar
en 1943, bajo el gobierno del Presidente Medina , cuando fue modificada
la base legal de la industria petrolera. A partir de entonces se
permitió que empresas extranjeras interesadas en explotar los recursos
petroleros venezolanos lo hicieran a través de concesiones – o derechos
de explotación – otorgados por plazos de hasta 40 años. Esta medida,
como era de esperase, atrajo una amplia e importante grupo de
inversionistas extranjeros a Venezuela, principalmente estadounidenses y
británicos. Fueron estos inversionistas extranjeros quienes impulsaron,
en muchas formas, la gigantesca transformación que se iniciaba en el
país. La frase de “sembrar el petróleo” es del merideño Alberto Adriani,
quien también sentía gran preocupación por diversificar nuestra
economía. Yo la tomé prestada de Adriani cuando comencé a señalarle a
las autoridades la necesidad de diversificar la economía.
¿A su juicio, siguieron los gobiernos de turno ese valioso consejo?
Nunca lo hicieron. De hecho, nunca se supieron
administrar los ingresos petroleros en forma acertada. Venezuela terminó
convirtiéndose cada vez más en un país monoproductor, dedicado
exclusivamente a la explotación del crudo. Sobre esta actividad basó su
economía y el colmo es que los diferentes gobiernos de turno
despilfarraron los enormes ingresos derivados de nuestra principal
industria en vez de invertirlo para desarrollar otras industrias
secundarias. A nadie parecía importarle. Durante el “boom” las riquezas
derivadas de la venta de petróleo caían como del cielo, como una especie
de maná, aparentemente ilimitadas. Debido a esto, el estado venezolano
comenzó a crecer en forma desmedida y a asumir un rol cada vez más
paternalista, hasta convertirse en un estado excesivamente
sobreprotector, estatista, populista, en fin, en una especie de «San
Nicolás, regido por el “estatismo” y el “populismo”. En el pasado, los
gobernantes emplearon la riqueza excesiva generada por el “boom”
petrolero para financiar todo tipo de ayudas económicas y subsidios.
Como verdaderos parásitos, numerosos venezolanos llegaron a depender
enteramente de la ayuda oficial. El populismo se convirtió en “el pan de
cada día”. En vez de enseñarle a los venezolanos cómo generar riqueza a
través del trabajo y el esfuerzo colectivo, se les enseñó a pedirle
ayuda al sector oficial. Pero esta riqueza no era el producto del
esfuerzo directo de los trabajadores o de un aumento de sus capacidades
productivas, así que muchos venezolanos se convirtieron en “malcriados”.
Y cuando el boom petrolero finalmente se acabó, el Estado se halló de
pronto sin los fondos para continuar subsidiando la economía nacional.
Fue entonces cuando el país se sumergió en la crisis, la peor en toda la
historia venezolana.
¿Usted le ve alguna salida a la crisis?
Claro que sí. Desde hace 60 años he venido repitiendo
la necesidad de que hay que “sembrar el petróleo”, como tanto enfatizó
Adriani antes de su muerte prematura. Desde hace seis décadas he venido
señalando la necesidad de tener prudencia, previsión y de una inversión
adecuada del inmenso y transitorio ingreso recibido de la industria
petrolera. Debido a que las cosas no se hicieron como era debido, el
país ahora sufre las concecuencias, ahora lo que hace falta es un
verdadero cambio de actitud en los venezolanos.
¿Cuál es ese cambio de actitud que Ud. dice que hace falta?
Si realmente queremos ponerle punto final a la
crisis, lo primero que tenemos que hacer es reconocer que la riqueza no
lloverá del cielos. Un nuevo “boom” petrolero no está previsto, así que
la única forma de aumentar nuestras productividad es a través de una
labor ardua y sistemática. Por eso hay que aumentar los esfuerzos para
producir una mayor riqueza, es decir, trabajar más para producir mejores
resultados. Por supuesto, también debe redefinirse el rol del estado si
realmente deseamos una nación más productiva. Acabar con el estado “San
Nicolás” que hace falta es un verdadero cambio de actitud en los
venezolanos.
En conclusión, ¿qué podemos hacer los venezolanos?
Debemos abrir los ojos y mantenerlos abiertos.
Necesitamos aprender de los errores cometidos durante las últimas cinco
décadas y evitar repetirlos. Las nuevas generaciones deben comenzar a
hacer lo que las anteriores no supieron o no pudieron hacer. La crisis
está obligando a muchos venezolanos a cambiar. La base de una economía
nueva y más productiva debe ser sentada. Necesitamos rectificar y
olvidarnos – de una vez por todas – del Estado San Nicolás. Necesitamos
dedicarle la mayor parte de nuestros esfuerzos, nuesto sudor y nuestras
lágrimas en construir una nueva Venezuela.
(A.P.P.)
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lunes, 9 de marzo de 2015
Entrevista a Arturo Uslar Pietri...
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ResponderEliminarAl igual que el Maestro, Simón Rodriguez, nunca fue realmente escuchado, leido y seguido ...actualmente, se cosecha lo sembrado, ruina, miseria y desolación, no solo económica sino moral y social... "O inventamos O Erramos">>> Erramos, Errantes en espacio y tiempo...
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